Si el chocolate es tu debilidad, prepárate, porque esta mousse sin lactosa no es un postre cualquiera… es ese tipo de receta que hace que te den ganas de poner un candado en la nevera para no comértela antes de tiempo (y, aun así, acabes abriéndolo “por accidente”).
Es suave, ligera, con un sabor intenso a cacao que parece sacado de un restaurante francés, pero sin nata, sin lácteos y sin complicaciones. Se hace en un momento y, lo mejor, es que la puedes dejar lista con antelación para cuando quieras impresionar.
Ingredientes (4 raciones generosas)
- 200 g de chocolate negro sin lactosa (mínimo 70% cacao)
- 4 huevos (yemas y claras separadas)
- 2 cucharadas de azúcar (opcional, según el dulzor del chocolate)
- 1 pizca de sal
- Frutas, virutas de chocolate o frutos secos para decorar (opcional)
Paso a paso
- Derrite el chocolate
Coloca el chocolate en trozos en un bol resistente al calor y fúndelo al baño maría o en microondas a intervalos de 30 segundos, removiendo cada vez. Recuerda que como norma general para por un mini periodo que parece que se a echado a perder, resiste y verás como queda de lujo. - Monta las claras
En un bol limpio y seco, bate las claras con la pizca de sal hasta que estén bien firmes (puntas que no se caen ni aunque pongas el bol boca abajo… aunque no te recomiendo que lo pruebes sobre tu cabeza, te lo digo por propia experiencia…. bueno aunque siempre se ha dicho que el huevo viene muy bien para el pelo, jajajaja). - Prepara la base de chocolate
Añade las yemas al chocolate derretido y mezcla rápido para que no se cuajen. Si quieres la mousse más dulce, este es el momento de añadir el azúcar. - Incorpora las claras
Añade las claras montadas en tres tandas, con movimientos envolventes, para que la mezcla quede esponjosa y aireada, de lo contrario no quedará mal, pero si más compacta… pero vamos… qué no se quedará en el plato!. - Refrigera y decora
Reparte la mezcla en vasitos, cubre con film y deja reposar mínimo 2 horas en la nevera. Justo antes de servir, decora con lo que te apetezca: fresas, frambuesas, frutos secos o un extra de chocolate rallado (porque, sí, siempre hay espacio para más chocolate).

💡 Consejillo de chef con pocas ganas de fregar: si quieres darle un toque extra, pon en el fondo del vasito una capa de galleta sin lactosa triturada antes de la mousse. El contraste crujiente es gloria bendita.
Sin no encuentras galletas sin lactosa en tu despensa una muy buena alternativa pueden ser los bizcochos de soletilla sin lactosa
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